«Bienvenidos al curso online de atracos y robos. En esta formación aprenderéis a haceros con la propiedad ajena sin correr riesgos físicos (al menos cuando estéis realizando el golpe).»
Así empezaba una locución de voz metálica un curso adquirido en la deep web, que prometía al que se matriculara, aprender todo sobre cómo sustraer tanto dinero como información a terceros sin moverse de sus casas.
«Todo atraco conlleva una serie de pasos que son los de elegir a la víctima, estudiarla, decidir cómo se va a realizar la operación y lo más importante, saber cómo cubrir nuestro rastro para que no nos relacionen con el golpe.»
A la par que la voz iba contando cosas, se sucedían imágenes en las pantallas de los alumnos del curso, que mostraban líneas de un código incomprensible, pantallas de login a bancos y un sinfin de información gráfica mareante que hacía que mirar a la pantalla fuera incómodo al cabo de unos minutos.
«Lo primero que tenemos que hacer es decidir si vamos a robar físicamente o vamos a utilizar la tecnología para ello. Este curso de iniciación sólo tratará de las técnicas imprescindibles para un ciberatraco, dejando para otros cursos las técnicas para un atraco físico.
Cada semana nos centraremos en un tema concreto que nos dará el conocimiento sobre qué tipo de víctima debemos elegir, cómo acceder digitalmente a cuentas bancarias, cuentas de blockchains y todo lo que pueda robarse digitalmente y cómo limpiar nuestro rastro para no ser detectados.»
A estas alturas de la grabación, los alumnos sonreían y se veían amasando fortunas con dinero ajeno. Era lo que pretendía el autor de la grabación.
«El material necesario para este curso será una conexión anónima a Internet, un PC comprado en efectivo, a ser posible de segunda mano con un sistema operativo sin licencia de ningún tipo y una sudadera con capucha negra para algunas tareas.»
Lo de la capucha negra era una licencia que el autor del curso se había permitido, riéndose para sus adentros mientras lo decía, pensando en los tontos que le harían caso y se la pondrían.
«¡Hasta el próximo capítulo!. No olvidéis pagar el acceso a la siguiente clase por adelantado.»
Y con esto, el curso pasó a pantalla negra y cerró la ventana donde se reproducía.
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